TEMA 10: FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO
¿Qué queremos decir cuando afirmamos que Jesús se entrega por “nosotros y por nuestra salvación”?
Desde el pecado original, el pueblo de Israel fue cargando con la culpa, pero esperando un Mesías.
Este Mesías vino a redimirnos de este pecado, es decir, a reconciliarnos con Dios.
Para que se cumplieran las profecías, Jesús hubo de penar y de morir para mostrarnos así la grandeza de Dios.
Siempre me he preguntado el porqué de este sufrimiento que tuvo que pasar Cristo.
Y he pensado mucho en ello. En realidad la muerte de Juan Pablo II me dio la clave para entender todo. Juan Pablo II en su vejez fue un ejemplo de Cristo perfecto para mi. Es un ser humano enfermo, viejo y cansado pero que no pierde la alegría ni la esperanza. Es en realidad Lumen Gentium
La vida de Cristo y la vida del hombre corren parejas. Nosotros sabemos que a lo largo de nuestra vida tendremos alegrías y penas, sufriremos injusticias, padeceremos crisis de fe, y al final, moriremos.
Cristo nos enseña a vivir en Amor continuo, en comunión con Dios y a no perder jamás la esperanza. Y a soportar los malos momentos con la misma confianza en Dios que disfrutamos los buenos.
El dar Amor es dar a Dios.
Y por eso, por esta reconciliación, estamos salvados.
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